¿Cómo se puede realizar una buena transcripción de audio a texto?

La transcripción de audio a texto, aparentemente simplificada por herramientas automáticas, es una labor que va más allá de la simple conversión de palabras habladas a texto escrito.

En determinados sectores, como la lingüística forense, cada palabra cuenta. Por ello, la transcripción debe ser el resultado del equilibrio adecuado entre las capacidades de la tecnología y la necesidad irrenunciable de pautas y criterios rigurosos. No basta con una ligera aproximación, sino que se persigue un trabajo 100 % fiable, por lo que es necesario seguir una serie de normas para transcribir.

 

Introducción a las normas de transcripción

En una transcripción, se convierte a texto escrito de una forma fidedigna una señal de audio, que pueden constar de sonidos no verbales o de datos hablados. Parece sencillo, pero para alcanzar una alta calidad, se deben seguir los parámetros definidos en las normas para transcribir en español.

Así, el documento debe reflejar todas las palabras dichas, incluso vacilaciones y falsos inicios, de manera literal, aunque la palabra no tenga un significado formal. En el caso de que surjan dudas de carácter ortográfico y de puntuación, se recurre al Diccionario de la Real Academia Española.

Estas reglas son fundamentales, evitando el uso excesivo de mayúsculas y aplicando correctamente los signos de puntuación. Asimismo, en cuanto a los signos de interrogación, deben usarse por parejas (al abrir y cerrar una oración). De igual manera, todos los segmentos transcritos deben concluir con punto final, a menos que se utilicen signos de interrogación o puntos suspensivos.

Por tanto, al transcribir solo deben usarse:

  • Tildes.
  • Apóstrofos.
  • Comas.
  • Espacios.
  • Guiones.
  • Letras mayúsculas y minúsculas.
  • Puntos.
  • Signos de interrogación.

Por otro lado, no deben utilizarse ni caracteres numéricos ni otros especiales como por ejemplo el símbolo del dólar ($). Lo adecuado es utilizar la palabra escrita.

 

Ejemplos de las normas de traducción

Si el audio habla, por ejemplo, de enviar los detalles de una transcripción a clientes@linguaserve.com, lo adecuado sería transcribir lo siguiente: "Envíanos los detalles a clientes arroba Linguaserve punto com". Como se puede apreciar, el nombre de la empresa se escribe en mayúscula porque es un nombre comercial.

En el caso de los acrónimos, las iniciales constituyen una palabra en sí. Por tanto, la transcripción debe realizarse en mayúsculas y sin espacios. Y lo mismo pasa con las abreviaciones. Si el audio dice: “Nos iremos el prox verano de vacaciones a Estados Unidos”, no se puede transcribir “Nos iremos el prox verano de vacaciones a EE. UU.” ni tampoco "Nos iremos el próximo verano de vacaciones a Estados Unidos”.

Si se está transcribiendo un audio como este: “Voy a preparar sopa de cabalaza para cenar” no debe transcribirse de esta manera: “Voy a preparar sopa de calabaza para cenar”.

Con estos ejemplos esperamos haber dejado claro que las transcripciones deben ser literales.

 

Tipos de transcripción según las reglas aplicadas

Para que las transcripciones sean coherentes y puedan utilizarse para el fin previsto, es necesario conocer no solo las normas para transcribir, sino también los distintos tipos de transcripción que existen. ¿Cuáles son?

 

Transcripciones simples y científicas

Para muchas personas y propósitos, la traducción simple es el método más apropiado. Por ejemplo, si el contenido a transcribir va a llegar a un público general, como sucede en una entrevista relacionada con el mundo del espectáculo para un artículo de prensa. Esto mismo aplica para cuestiones como la economía o la investigación de mercados.

Las transcripciones sencillas “suavizan” ligeramente el contenido. ¿Qué quiere decir esto? Que no se tienen en cuenta los posibles tartamudeos, sonidos intermedios como “um” o los errores de lenguaje. Asimismo, las expresiones de dialectos se reproducen en un lenguaje estándar.

Como consecuencia, la transcripción y transmisión del mensaje para el público objetivo será muy sencilla de leer. Algo imprescindible para la publicación en portales digitales o en revistas y periódicos impresos.

Los procedimientos sencillos se recomiendan cuando la atención debe centrarse en determinados aspectos del contenido, haciéndolo más accesible al público. Otros sectores en los que se está de acuerdo con las reglas de la transcripción simple son el académico y el científico. Además, en estos casos se vuelve necesaria la revisión por parte de un editor. Es habitual en las tesis o trabajos finales.

 

Transcripciones avanzadas

La utilidad de los procedimientos avanzados se justifica cuando es preciso realizar una evaluación detallada del contenido, también a nivel lingüístico. En situaciones como estas, se incluyen tanto las entonaciones especiales como la tartamudez.

Esto quiere decir que la transcripción de tipo avanzado es más compleja que la que utiliza las reglas simples. De igual forma, la legibilidad se dificulta para los observadores externos. Por tanto, este tipo de transcripción tan solo es adecuada para casos excepcionales.

 

Transcripciones complejas

Las transcripciones de audio a texto de este tipo son muy específicas y suelen utilizarse casi de forma exclusiva en la lingüística y las ciencias sociales. Sus enfoques pueden ser diferentes, ya que aquí no solo se presta atención al contenido y los aspectos verbales, como en las anteriores. En esta ocasión, también hay que enfocarse en la reproducción exacta de lo que se ha dicho, teniendo en cuenta las características prosódicas y no verbales.

Estos procedimientos complejos son los más apropiados para tener una impresión casi auditiva mientras se está leyendo la transcripción. Por lo tanto, cuanto más parámetros se establezcan, mejor se podrán interpretar y analizar, aunque este proceso, debido a su complejidad, requiere más tiempo.

 

Cómo conseguir la mejor transcripción de audio a texto

Transcribir un audio a texto es más complicado de lo que parece. Para que te hagas una idea, una persona que escriba aproximadamente 50 palabras por minuto puede tardar unas 8 horas en transcribir una hora de audio.

Para conseguir la mejor transcripción posible, es recomendable estar en un lugar tranquilo y tener toda la concentración puesta en esta tarea. De lo contrario, es posible que el resultado no sea tan fiel al audio como debería.

Vamos a ver, paso a paso, cómo hacerlo:

 

1. Escuchar el audio completo

Habría que hacerlo al menos una vez antes de empezar a trabajar sobre él. De este modo, será más sencillo adaptarse a la voz, el ambiente, los sonidos, el número de interlocutores, el vocabulario que se maneja, la terminología específica… Y, sobre todo, se podrá tener una idea del contexto.

Hay que aprender a escuchar las pausas y la entonación del o los interlocutores para identificar las comas y los puntos. Esto es de gran utilidad para no cambiar el significado de una frase. Todos los detalles importan.

 

2. Investigar

Es posible que en audio haya términos que no resulten familiares al transcriptor o que desconozca, por ejemplo, nombre de empresas, ciudades, productos… Si dedica un tiempo a investigar las dudas que le asalten, el resultado final tendrá mayor calidad.

 

3. Utilizar un programa de transcripción

Los programas específicos para esta tarea permiten ahorrar tiempo, ya que dan la opción de avanzar y retroceder a placer. De igual manera, con ellos se puede reducir o aumentar la velocidad de reproducción e incluso aplicar distintos formatos a las etiquetas de tiempos.

 

4. Usar abreviaciones

Si el vídeo o el audio a transcribir es muy largo, es recomendable apoyarse en abreviaciones de palabras comunes. Al finalizar, podrán reemplazarse de forma automática en tan solo unos segundos por la palabra completa.

Puede parecer una tontería, pero ahorra mucho tiempo.

 

5. Diferenciar entre el discurso hablado y el escrito

Muchas veces parece que los interlocutores no hacen pausas y tienen un discurso corrido. Aquí es donde el transcriptor tiene un trabajo muy importante, que es el de darle el sentido a las frases. Para ello, ha de colocar los signos de puntuación de tal forma que todo quede cohesionado y con coherencia.

Si se escribe un párrafo enorme, será complicado de leer y se volverá casi imposible entender lo que el interlocutor quería comunicar.

 

6. Transcribir todo

La esencia de una transcripción, sea natural o literal, debe ser similar al audio. Esto significa que no se pueden cambiar ni las palabras utilizadas ni las ideas. Es más, aunque no se consiga comprender el punto de vista del interlocutor o este se trabe en explicaciones que no llevan a ningún sitio, todo debe estar transcrito acorde a lo dicho.

Hay que tener presente que se está haciendo una transcripción y no una corrección de estilo.

 

7. Utilizar etiquetas universales

Hemos dicho que todos los detalles cuentan, por eso, a la hora de transcribir importa que queden reflejados los ruidos, sonidos o interrupciones, sean del propio interlocutor o de terceras personas.

La manera correcta de plasmar esto es mediante etiquetas, que deben ser siempre las mismas. Por ejemplo:

  • (inaudible).
  • (ininteligible).
  • (risas).
  • (aplausos).

Esto adquiere una especial relevancia en las transcripciones literales. La primera vez que se escucha el audio puede servir para definir las etiquetas a emplear. Luego, habrá que aplicar las mismas durante todo el proyecto.

 

8. Revisar la transcripción

Al finalizar la transcripción, es el momento de corregir los posibles errores cometidos. Para ello, conviene escuchar una vez más el audio mientras se lee lo que se ha transcrito. Y, por último, hay que pulir los pequeños detalles con ayuda de un corrector ortográfico.

Estos pequeños retoques finales ayudarán a elevar el nivel de calidad del encargo.

Si todo esto te parece muy tedioso, puedes confiar la transcripción de audio a texto a una agencia profesional como Linguaserve. Contacta con nosotros y asegúrate de que el resultado tiene la máxima calidad.

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