Transcribir audio a texto es cada vez más habitual y útil en todos los sectores. A priori, parece sencillo: grabas lo que se escucha y lo conviertes en un contenido escrito. Sin embargo, aunque la teoría pueda resultar sencilla, este proceso puede presentar ciertas dificultades. Una mala transcripción puede acarrear graves consecuencias para una compañía, sea del tipo que sea.
No todas las transcripciones son iguales y cada una de ellas precisa una forma distinta de proceder en función de la necesidad a la que responde. Por ello, es importante conocer los problemas que puedes encontrar en una transcripción de audio a texto.
La de “¿qué transcripción necesito?” es la primera pregunta que debes responder si tienes que enfrentarte a un proceso de transcripción. Te explicamos brevemente los distintos tipos de transcripciones de audio a texto que debes distinguir y que te ayudarán a resolver —o al menos aclarar mínimamente— esta cuestión:
Según para qué necesites la transcripción de audio texto, deberás escoger el tipo más adecuado. Ahora bien, ¿necesitas una transcripción de audio a texto para lo que tienes entre manos? Te citamos algunos ejemplos de cuándo puede ser útil una transcripción:
Si ya has decidido qué tipo de transcripción necesitas, seguramente ya te habrán surgido algunas dudas sobre cómo llevarla a cabo a nivel práctico. A continuación, te contamos los problemas de transcripción más comunes que te puedes encontrar.
Transcribir no es solo pasar a escrito lo que escuchas. Debes considerar una serie de aspectos para que el resultado sea comprensible y coherente, algo que solo es considerado por profesionales de forma innata.
Por supuesto, toda esta labor debe realizarse siguiendo el mismo formato a lo largo de toda la transcripción.
No siempre puedes utilizar herramientas de traducción automática. Cuando se trata de una transcripción literal, la máquina es incapaz de captar balbuceos, interjecciones y otros recursos propios de la oralidad. Tampoco es muy fiable cuando intervienen diversos interlocutores que, en ocasiones, se solapan entre ellos. El resultado puede ser un verdadero galimatías.
Vas a necesitar mucho más tiempo del previsto. Son muchas las circunstancias que retrasan la labor de transcripción y la primera de ellas es la inexperiencia. Ya hemos comentado que no se trata solo de ponerse los cascos y sentarse a escribir. Estas son algunas de las situaciones que puedes encontrar:
Siempre, SIEMPRE, es necesario revisar la transcripción. Cuando creas que has terminado, debes corregir el trabajo para asegurar que no hay errores (y seguro que encuentras alguno). Si es una transcripción natural, revisa que no haya errores gramaticales ni ortográficos y que las frases estén correctamente fragmentadas para que sean fácilmente comprensibles. Todo ello, por supuesto, respetando el estilo mantenido en la conversación.
Según la temática del asunto a transcribir, los interlocutores usan léxico específico, acrónimos o hacen referencia a personas, lugares, organismos u organizaciones que desconoces. Documéntate sobre ello y transcríbelo de manera correcta.
Como ves, hay que estar muy acostumbrado y tener experiencia para realizar una correcta labor de transcripción. Si necesitas transcribir audio a texto y quieres asegurar la calidad y ausencia de errores, la mejor solución es recurrir a un servicio de transcripción especializado.