Localización web, un paso más allá de la traducción

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By abril 20th, 2020 | localización web | 0 Comments

Conocer bien las diferencias entre traducción y localización te ayudará a contratar los servicios que necesitas para adaptar la página web de tu negocio a otros mercados. Tus objetivos y el tipo de contenido del que dispongas determinarán la alternativa que te resultará más interesante.

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¿En qué consiste la traducción?

Comencemos por la traducción. Cuando contratas un servicio de este tipo, estás pagando para que el mismo contenido que tienes en tu página web aparezca escrito en otro idioma. Esto quiere decir que el texto se presentará tal cual, se hará una traducción literal del contenido y no se realizarán adaptaciones, independientemente de la cultura a la que vaya dirigido.

Las traducciones tampoco implican la adaptación del diseño web al nuevo contenido, por lo que este puede verse desajustado. Si, por ejemplo, traducimos del castellano al japonés, el texto resultante puede ser mucho más corto, ocupando así menos espacio.

Cuando se trata de páginas con contenido muy extenso, muchas personas tienden a recurrir a una traducción automática. Sin embargo, una edición o revisión posterior puede mejorar en este sentido el resultado final, minimizando los errores originados por la inteligencia artificial.

¿Qué es la localización?

A diferencia de la traducción, la localización pretende adaptar el contenido a la región específica a donde irá destinado. Como es obvio, los consumidores de cualquier página web o aplicación móvil prefieren visualizarlas en su idioma de preferencia por simple comodidad. Pero consumir productos digitales como estos en un idioma determinado implica no solo traducir sus contenidos, sino las fichas técnicas, chatbots, aspectos legales, banners o errores de navegación. Todo con el objetivo principal de respetar los formatos originales, pero adaptados a esas particularidades propias del idioma o país. Esta adaptación tiene en cuenta la cultura a la que se dirige y algunos detalles más. Veámoslos.

La moneda local

Pongamos como ejemplo la localización de una página web en inglés. En función de los mercados a los que quiera dirigirse una compañía, este proceso hará que aparezcan, al menos, dos versiones diferentes: la americana, con dólares, y la británica, con libras. Sin embargo, como decíamos, podría ser necesaria una adaptación a otras monedas como el euro o los dólares australianos. Gran cantidad de países de habla inglesa utilizan monedas divisas diferentes y esto, por supuesto, debe ser tenido en cuenta.

Los requisitos legales

Este detalle es muy importante según la actividad económica que realices, ya que te evitará posibles consecuencias legales. Volviendo al ejemplo anterior, la política de protección de datos en países como Reino Unido es similar a la de la UE, mientas que por ejemplo la americana es completamente distinta.

Las imágenes

Esto tiene en cuenta una adaptación desde el punto de vista comercial: se buscará que el usuario se sienta identificado dentro de la página web a nivel cultural. Si estás traduciendo tu página para un país de los Emiratos Árabes, por ejemplo, deberás asegurarte de que en las imágenes los modelos cumplen con los códigos de modestia en la vestimenta aceptados en su cultura. De igual manera ocurrirá con otras particularidades propias de la cultura y la sociedad de destino.

Unidades de medida y tallas

De nuevo, deberás adaptar tus unidades de medida a los sistemas métricos que utilicen en el país destinatario. Así facilitarás la vida a tu consumidor potencial y evitarás errores en la conversión que impliquen, entre otras cosas, un aumento en las devoluciones.

La equivalencia entre tallas es una de la más controvertidas, ya que es diferente en cada país. Para que te hagas una idea, solo en lo referente a las prendas de vestir, existen letras (S, M, L, XL), el sistema inglés (8, 10, 12, 14) el español (36, 38, 40, 42) o el americano (4, 6, 8, 10), entre otros muchos. Deberías pensar de nuevo en los mercados a los que quieres dirigirte para tener esto en cuenta.

Formas de pago

Tener en cuenta el método de pago más utilizado en cada cultura te ayudará a mantener altas las ventas, ya que eliminarás muchas barreras. En China se suele pagar a través del móvil, con un código QR, mientras que en EE.UU. y Europa las tarjetas de crédito y PayPal siguen predominando por el momento.

En resumen, la localización web lleva la traducción a otro nivel, permitiéndote ajustar tu contenido al país o cultura al que quieras dirigir tus esfuerzos comerciales. En muchas ocasiones, preocuparte por detalles como estos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en tu proceso de internacionalización.

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